Resfriado común en infantes | Vick Colombia

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Resfriado común en infantes

Mujer y niña abrazandose en el frío

El resfriado común es una infección viral de la nariz y la garganta del bebé. La congestión y el goteo nasales son los principales indicadores de un resfrío. Los bebés son especialmente susceptibles al resfrío común, en parte porque suelen estar rodeados de otros niños mayores. Además, aún deben desarrollar inmunidad a muchas infecciones comunes. Dentro del primer año de vida, la mayoría de los bebés tienen hasta siete resfríos, más aún si asisten a guarderías. El tratamiento para el resfrío común en los bebés supone el alivio de los síntomas, como ofrecerles líquidos, mantener el aire húmedo y ayudarlos a mantener despejadas las fosas nasales. Los bebés muy pequeños deben ser atendidos por el médico ante el primer signo de resfrío común, ya que corren mayor riesgo de contraer crup o neumonía.

Síntomas

Los primeros indicios de resfrío común en un bebé suelen ser:

  • Moqueo o congestión nasal
  • Secreción nasal que puede ser clara al principio y luego tornarse espesa y de color amarillo o verde

Otros signos y síntomas del resfrío común en un bebé pueden ser:

  • Fiebre
  • Estornudos
  • Tos
  • Menor apetito
  • Irritabilidad
  • Dificultad para dormir
  • Problemas para mamar o tomar el biberón debido a la congestión nasal

Tratamiento

No existe ninguna cura para el resfriado común. Los antibióticos no funcionan contra los virus del resfriado. Trata de aliviar los síntomas de tu bebé con medidas como aspirar los mocos que le producen obstrucción nasal y mantener el aire húmedo. Por lo general, los medicamentos de venta libre no deben darse a bebés. Si tu bebé se siente mal debido a la fiebre, puedes usar medicamentos para bajársela (antipiréticos o antifebriles) siempre que sigas con mucho cuidado las instrucciones sobre la dosis. Los medicamentos para tratar la tos y el resfriado no son seguros para bebés y niños pequeños.

¿Cómo aliviar los síntomas en casa?

En la mayoría de los casos, puedes tratar el resfrío de un bebé mayor en tu hogar.

  • Proporciona una gran cantidad de líquidos. Los líquidos son importantes para evitar la deshidratación. Haz que tu bebé incorpore la cantidad de líquidos que consume habitualmente. No es necesario incorporar más líquidos. Si estás amamantando al bebé, continúa. La leche materna ofrece una protección adicional contra los gérmenes que causan el resfrío.
  • Diluye la mucosidad. El médico del bebé podría recomendar gotas salinas para la nariz para diluir la mucosidad. Busca estas gotas de venta libre en tu farmacia local.
  • Succiona la nariz del bebé. Mantén las fosas nasales del bebé limpias utilizando una pera de goma. Aprieta la pera de goma para eliminar el aire. Luego coloca la punta de la pera de goma entre 1/4 y 1/2 de pulgada (entre 0,64 y 1,27 centímetros) en la fosa nasal del bebé, apuntando hacia la parte posterior y lateral de la nariz.Suelta la pera de goma y sostenla en el lugar mientras succiona la mucosidad de la nariz del bebé. Retira la pera de goma de la fosa nasal del bebé y vacía el contenido en un pañuelo; para ello, aprieta la pera de goma rápidamente mientras sostienes la punta hacia abajo. Repite esta operación cuantas veces sea necesario en cada fosa nasal. Limpia la pera de goma con agua y jabón.
  • Humedece el aire. El uso de un humidificador de agua fría en la habitación del bebé puede aliviar la congestión nasal. Cambia el agua a diario y sigue las instrucciones del fabricante para limpiar el dispositivo.

¿Cuándo llamar al pediatra?

El sistema inmunitario del bebé necesita tiempo para madurar. Si el bebé tiene un resfrío sin complicaciones, debe durar entre 10 y 14 días.

Si el bebé es menor de 2 o 3 meses, llama al médico en una etapa temprana de la enfermedad. En los recién nacidos, un resfrío común puede transformarse rápidamente en difteria, neumonía y otras enfermedades graves. La mayoría de los resfríos solo son molestos. No obstante, es importante que tomes en serio los signos y síntomas del bebé. Si el bebé es mayor de 3 meses, llama al médico si el bebé:

  • Usa menos pañales que de costumbre
  • Tiene una fiebre superior a 100,4 ºF (38 ºC)
  • Parece tener dolor de oídos o está más irritable que de costumbre
  • Tiene los ojos irritados o desarrolla una secreción amarillenta o verdosa
  • Tiene dificultades para respirar
  • Tiene una tos persistente
  • Tiene una secreción nasal verde y espesa durante varios días
  • Presenta otros signos o síntomas que te preocupan, por ejemplo, llantos inusuales o alarmantes

Busca atención médica inmediata si el bebé:

  • Se rehúsa a mamar o beber líquidos
  • Tose con una fuerza suficiente para provocar vómitos o cambios en el color de la piel
  • Expectora esputo con sangre
  • Tiene dificultades para respirar o los labios se tornan azulados

¿Cómo prevenir los resfriados?

Puesto que son tantos los virus que pueden provocar un resfriado, no hay ninguna vacuna para prevenirlos. Para ayudar a evitar el contagio de los resfriados, los niños deberían:

  • tratar de mantenerse alejados de cualquier persona que esté resfriada.
  • evitar el humo del tabaco fumado por otras personas
  • lavarse las manos a conciencia y con frecuencia, sobre todo, después de sonarse la nariz.
  • estornudar o toser en un pañuelo de papel o sobre el codo, nunca sobre las manos.
  • no compartir toallas, vasos, vajilla ni otros utensilios que se usen para comer con gente acatarrada
  • no recoger pañuelos usados por otras personas.

Los investigadores no están seguros de si el hecho de tomar vitamina C o zinc puede limitar la duración o la gravedad de los síntomas del resfriado, pero tomar grandes dosis diarias de estas sustancias puede causar efectos secundarios negativos. Los resultados sobre la eficacia de los remedios a base de plantas medicinales, como la equinácea, o son negativos o no son concluyentes. Se han hecho pocos estudios científicos sobre este tipo de tratamientos en niños.

Hable con el médico de su hijo antes de tomar la decisión de darle un remedio a base de plantas medicinales o una dosis superior a la dosis diaria recomendada (DDR) de cualquier vitamina o suplemento.

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